


La colaboración empresarial y la público-privada son tendencias que han venido para quedarse en muchos sectores, tanto a un nivel interno como externo de las organizaciones. En el caso del sector sanitario, con la pandemia vimos como una industria altamente competitiva, como la farmacéutica y los poderes públicos, colaboraron sin precedentes para avanzar hacia una solución para la COVID -19. También en el ámbito asistencial se produjo una destacada colaboración, con los hospitales privados prestando apoyo a los sistemas públicos de salud para salir cuanto antes de la crisis. La pandemia puso en evidencia el poder de la colaboración entre empresas y los ámbitos públicos y privados por el bien común.
Es el momento de aprovechar las lecciones aprendidas para seguir construyendo hacia una mayor apertura y colaboración en los procesos de investigación biomédica y atención a los pacientes, con criterios de transparencia y evaluación de resultados.