Lograr cambios de hábitos y medioambientales: clave para reducir el impacto de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles

Lograr cambios de hábitos y medioambientales: clave para reducir el impacto de las Enfermedades Crónicas No Transmisibles

Las enfermedades cardiovasculares lideran la mortalidad por Enfermedades crónicas No Transmisibles (ENT) en Argentina y en general en todos los países de medianos-bajos ingresos, representando un verdadero reto para el sistema de salud y los diversos actores involucrados.

Lograr un diagnóstico temprano es uno de los grandes desafíos porque, en general, son enfermedades que no presentan síntomas específicos. Llegar al diagnóstico de diabetes, por ejemplo, toma en promedio tres años y, en general, cuando se diagnostica muchas de las personas ya tienen enfermedad cardiovascular. Resulta clave educar a la comunidad para que se hagan el chequeo correspondiente, aún si se sienten bien.  Con solo un análisis de sangre simple se puede realizar un diagnóstico oportuno.

Existen también, en Argentina, otras problemáticas a la hora de abordar las ENT, como la excesiva fragmentación del sistema de salud, la inequidad del acceso a los tratamientos y el costo de los medicamentos, variable que influye significativamente en la adherencia al tratamiento.

El gran reto que no discrimina geografías ni situaciones de coyuntura es que necesitamos trabajar para modificar los hábitos y poder atacar las ENT desde la prevención primordial, aun antes que aparezcan la hipertensión o la diabetes. Creo que allí es donde podemos marcar la diferencia todos los que, de alguna manera, trabajamos en torno a este tipo de enfermedades.

Como médico, observo que el consejo en el consultorio es importante pero no suficiente: los médicos nos cansamos de repetir a nuestros pacientes la importancia de comer sano o de la actividad física; sin embargo, a la próxima visita la mayoría de los pacientes continúan con hábitos poco saludables. Tampoco las campañas de prevención parecen ser suficientes: hace 25 años que copamos plazas y parques por la Semana del Corazón, e intentamos llevar nuestro mensaje a la comunidad, pero las estadísticas muestran que la obesidad, la hipertensión y la diabetes permanecen en continuo incremento.

Se requiere impulsar un profundo cambio cultural. Y ese cambio requiere de todos los actores: el gobierno impulsando políticas de salud públicas integrales y con impacto, campañas de marketing que sepan ir más allá del “Día de”, médicos comprometidos con el enfoque preventivo, ciudades pensadas para una vida no sedentaria y regulaciones estatales coordinadas que acompañen los cambios desde la estructura social más básica.

Hoy, más de 1 de cada 10 personas en Argentina tiene diabetes. Asimismo, preocupa el incremento del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes. Empecemos entonces por educar desde el jardín de infantes trabajando junto a las familias para cambiar el estilo de vida, y con medidas de salud pública para lograr un verdadero impacto, estimular la ingesta de frutas, verduras, fibras y comida real evitando los ultraprocesados. Pequeños cambios en la base sociocultural y medioambiental pueden llegar a tener un impacto transformador para reducir la carga de las enfermedades cardiovasculares.

Ezequiel Forte Director del Consejo de Cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).

Ezequiel Forte Director del Consejo de Cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Ezequiel Forte Director del Consejo de Cardiometabolismo de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).